Se necesita tiempo para descubrir lo que hay… la pintura necesita decantar, y yo con ella? O es al revés? … hay que saber detenerse cuando está hablando y escuchar todo lo que allí ah aparecido, de lo contrario es ahí donde uno se pierde la aventura de dialogar con ella y solo monologuea y se impone… detener la cabeza, la intención, la idea y poder encontrar todo lo que en aquel presente aconteció, es la única manera de continuar mas allá de lo conocido.
Mirarse, descubrir lo que sos en ese instante sin engañarse con ideas de deseos, de futuros, te abre al infinito y por un instante te sonreís hacia adentro y encontras la paz.




Me acuerdo en un taller donde trabajamos con arcilla, un niño al acercarme me dice … “ mira esto es el tiempo”… una escultura espiralada, una torre que sola se mantiene hacia arriba, hacia abajo… barro en movimiento, modificable, transformable, y que es a cada instante simple presencia de forma que condensa todo su ser…
Maravilloso! Simplemente fascinante!
Y acaso el tiempo no es aquello que se vuelve eterno, que dentro del movimiento, de los inevitables transformaciones a los que nos zambullimos, hay algo que camina atravesándonos, ese punto donde se cruzan… ese mismo instante donde se es, y se vuelve a ser….